12.8.98

El corazón de Bohemia (REP CHECA)

Praga - Rep. Checa, 12/08/98

Praga es el centro de la región de Bohemia, y capital de la antigua Checoslovaquia, hoy República Checa. Pero además es una ciudad detenida en el tiempo, a orillas del río Moldava, llena de encanto, historia y cultura (entre los más famosos: Franz Kafka, y el autor de "La insoportable levedad del ser" - Milan Kundera). Fue en Praga donde Mozart estrenó Don Giovanni.

Es una ciudad para caminarla despacio, disfrutando de sus calles peatonales, de sus rincones, de su cultura, y sus edificios antiguos. La ciudad se mantiene como por arte de magia, ya que ni las bombas en las guerras, ni los terremotos de la zona tocaron Praga.

El Castillo y la Catedral de San Vito (con espectaculares vitrales) están en lo alto de una colina (las calles empedradas son bastante empinadas, y algunas tienen escaleras). Desde allí la vista es impresionante. También presenciamos un nuevo cambio de guardia; esta vez al estilo checo, con uniformes y casillas celestes, y músicos tocando desde las ventanas del castillo.

En el puente (Karluv Most) una banda de jazz haciendo música con instrumentos acústicos y cantando con un cono de cobre a modo de amplificador, tienta al viajero a sentarse a descansar. Cuenta la leyenda que un sacerdote (San Juan Nepomuceno), que no quiso compartir las confesiones de la reina Juana de Baviera a pedido del rey Wenceslao VI, fue lanzado al río desde este puente (una placa, que todos tocan para la suerte, recuerda el hecho).

La plaza principal del otro lado del río Moldava, tiene un reloj astronómico en lo alto del ayuntamiento, el cual tiene movimiento (pasan los doce apóstoles) y sonido en las horas en punto.

La Iglesia del Niño Jesús de Praga, es otro lugar imperdible de la recorrida, con alto valor simbólico y una pequeña estatua de Jesús niño cubierto por una capa de tela que cambian periódicamente. Otra iglesia que visitamos fue la de Nuestra Señora de Tyn.

En Praga pudimos aprovechar para comer bien, pues es el lugar más barato de Europa. Una cosa que nos quedó pendiente, fue ir a espectáculos de teatro (sobre todo son famosas sus obras de teatro negro y marionetas).

Praga está dedicada por entero al turismo, y eso se nota en las calles sobre pobladas de extranjeros. Las casas del centro antiguo son bares, boliches, hostels, tiendas de souvenirs, o locales de cristal de Bohemia. Pero todo muy ordenado y muy cuidado. Incluso se mantiene una estética bien particular, lo cual se refleja en los recuerdos que uno puede traer, como jarras, remeras, posters, etc. La marca "fun explosive" tiene varios souvenirs con diseños muy atractivos del artista checo Jiří Votruva.

Entramos a un lugar que parecía un "museo de la armadura" y enseguida notamos que cada artefacto tenía el precio colgado, pues no es un museo sino una tienda. Fabrican armaduras y otros objetos de época y los venden.

Una anécdota divertida fue la comunicación con una pareja de veteranos que nos alojaron en su casa (Familia Plasil - Sturnova 4, Natruhlarse). Ellos solo hablaban alemán y checo, nosotros les respondíamos en español, pero nos entendíamos. En el día de record histórico de calor, el dueño de casa nos muestra a los caballeros del grupo la tapa del diario donde aparecía una mujer con sus pechos descubiertos. No fue difícil traducir sus comentarios al respecto, así como tampoco descifrar las palabras de su esposa que horrorizada estaría diciéndole a nuestras compañeras, algo así como "¡estos hombres!".

El contraste está en la entrada a la ciudad, pues en la ruta lo primero que se ve son nigth clubs, wisquerías, moteles, etc. promocionados por chicas semi desnudas. La República Checa es una zona roja muy conocida en Europa, y tiene mucho que ver con el alto transito de camiones que recibe. Lo que es muy loco, es que en la ruta se ven en medio de la nada, prostitutas y enanos de jardín – ambas cosas a la venta, y bastante feas.

Cerca de Praga, está la ciudad de Pilsen, y obviamente allí fuimos, ya que es la cuna de la cerveza más difundida del Mundo. Allí visitamos el Museo de la Cerveza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo, no se puede igualar una prostituta a un enano de jardín. Por favor Gabriel!