Nueva York - USA, 02/10/98
Son cinco días en New York, que coinciden con mis últimos cinco días de viaje.
La entrada a USA fue extraña, pues en el control de migración no les gustó demasiado que tuviera tantos sellos de países árabes en el pasaporte, y no comprendían como un estudiante podía estar viajando por el Mundo durante 6 meses.
Cometí el error de no responder una pregunta del formulario de aduana (pues no la entendí), y me pasaron al control de equipaje. El funcionario repitió todas las preguntas que ya había formulado el hombre de migraciones, y ahora quería que yo desarmara mi mochila. Imaginen que con tantos meses de viaje, aquello era imposible de cerrar, así que le dije que si la abría, él la tendría que cerrar. Miró a ambos lados y me dejó pasar.
En la Gran Manzana recorrimos sus lugares típicos: el Edificio Empire State (excelente vista de la ciudad - si suben de noche olvídense de tener buenas fotos), el Madison Square Garden (lugar de los mayores eventos), los teatros de Broadway (que tienen centralizada la venta de tickets en una gran oficina), la Iglesia de San Patricio, y un edificio finito (Flatiron Building) en una esquina que siempre aparece en las películas.
Estuvimos en las Torres Gemelas (World Trade Center), en el Barrio Chino, el Puente de Brooklyn, la Estatua de la Libertad, y en Wall Street en la bolsa (NY Stock Exchange).
Un poco de cultura con el Museo de Arte Moderno (MoMA) y el Metropolitano, referentes a nivel internacional.
El Central Park es realmente gigante, acorde con toda la ciudad: los edificios son altos, las calles larguísimas y anchas, la cartelería publicitaria enorme, y el tránsito caótico (mucha contaminación sonora). Y la bandera norteamericana por todas partes.
Cuando suban al ómnibus no esperen que el chofer les dirija la palabra, y lleven cambio justo, pues hay que tirar las cuatro monedas de 25 centavos en un embudo, y no hay otra forma de pagar el ticket. El subterráneo no transmite mucha seguridad, así que evite usarlo durante la noche. Es como sacado de una película el vapor que sale desde las alcantarillas del Metro.
La mañana que caminamos rumbo al Central Park íbamos contra la corriente de gente que se movía hacia el centro financiero, y fue una locura. La ciudad tiene más de con 8 millones de habitantes, y en el área metropolitana son casi 22 millones de personas.
Cuando visitamos San Francisco encontramos más marginación que pobreza, pero aquí hay ambas cosas. Gente que está por fuera de la sociedad y otros que realmente necesitan dinero.
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