Oro negro en el desierto (EMIRATOS)

Dubai - Emiratos Árabes, 13/06/98

Una ciudad moderna, con olor a nuevo, hiper limpia y prolija, que hasta parece que no viviera gente, llena de rascacielos espejados, edificios con formas raras y autopistas. Así es Dubai, capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU). Un par de palabras importantes en árabe: "Salem Aleikum" (hola), "Shukran" (gracias).

Es un cambio radical la diferencia con los países anteriores (China, Thailandia, Nepal, India). Acá la gente tiene mucho dinero, y eso se ve en las calles (autos y camionetas 4x4 último modelo, joyas, comercios internacionales, shoppings). Incluso a los que utilizan ropas árabes (túnica blanca y pañuelo en la cabeza) se les nota que tienen dinero. El lujo se nota incluso en la línea aérea (Emirates Airline) con azafatas de todas partes del Mundo. Dubai es un excelente lugar para comprar oro, por variedad, precio y calidad.

Lo que llama la atención son las mujeres. Se ven muchas con velo, no dejan que se les saquen fotos, y algunas tienen una especie de chapa (burkha) que les tapa la cara. Siguen con sus costumbres machistas de otra época. Todo viene dividido para hombres y mujeres, hasta el ómnibus. Pero hay mujeres occidentales, que viven sin tener que acatar toda esa cultura. Algunas compañeras fueron a la playa pública (golfo pérsico) y se volvieron, pues se sintieron muy incómodas con la mirada babosa de todos los locales.

Es el primer mundo, decorado con cultura musulmana. No hay ruidos en la calle, ni caos, ni gente pobre, ni tuc tucs y todo es caro. Mucha tecnología de punta, muchos ingenieros y empresarios del mundo occidental trabajando en las petroleras internacionales. Solo 20% de la población es local, hay muchos extranjeros, aunque la mayoría son de países vecinos pobres que vienen a hacer el trabajo duro. Los locales trabajan en el gobierno, tienen mucha licencia, salud, universidad gratis, educación, comida y alojamiento.

Los emiratos reúnen a siete reinos desde 1971. Cada emirato tiene un jeque y juntos eligen a un presidente. Hasta los años ’60 esto era un desierto con un pueblito de pescadores al lado del río. Encontraron petróleo (producen 160 mil barriles por día en Dubai, y 2 millones en Abudabi) y todo lo demás es fácil de imaginar. Son solo 3 millones de habitantes, de los cuales 1 millón vive en Dubai. A pesar de que tienen petróleo como para 150 años ya están diversificando (oficinas de empresas y puerto) para poder sobrevivir cuando se les acabe el “oro negro”.

Todo esto hace que la ciudad parezca artificial, irreal. Un oasis tecnológico, arquitectónico y todo lo que se les ocurra en el desierto. El calor es infernal, a la hora de las siesta no hay nadie en la calle. La sensación es similar a tener un secador de pelo tirándote aire caliente encima todo el tiempo. Al mediodía una calle recién asfaltada no dejaba de hacer burbujas, pues no enfriaba.

Con un amigo, aprovechando el día libre salimos a caminar a las 10 de la mañana, y nos cocinamos hasta las 5 de la tarde en que volvimos al hotel. En pleno mediodía entramos a un Pizza Hut, donde sin preguntarnos nada, nos trajeron refrescos pues no podían creer que alguien estuviera caminando con ese calor (hay canillas públicas de agua potable por todos lados para tomar agua y no morir deshidratado).